¿Qué les espera a las poblaciones disidentes en vista de los resultados de las elecciones del pasado 2 de junio?
- Alix Trimmer
- 24 jun 2024
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En un contexto de incertidumbre, expectativas y el trascendente hecho histórico de que México tendrá por primera vez a una mujer al frente de la presidencia, es importante plantear las dudas, respecto de cuál será la situación que enfrentarán los grupos de atención prioritaria, en especial las poblaciones de la diversidad sexual y de género.
A nivel de estructura o tendencia política, pareciera que la continuidad del partido gobernante augura una postura de izquierda, la cual, típicamente, ha estado en favor del reconocimiento y otorgamiento de derechos a los grupos en situación de vulnerabilidad, sin embargo, es también claro que, para este momento, no hay una línea clara de operación respecto de temas que han permanecido pendientes en la agenda gubernamental desde hace mucho y que atañen a nuestras poblaciones.
En los debates presidenciales la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, no mostró postura firme respecto de la protección que requiere la comunidad LGBT+ en México, e incluso en los ejercicios parlamentarios que llevaron a la prohibición de las -mal llamadas- terapias de conversión, fue posible percatarnos de una tendencia en la que integrantes del partido electo a la presidencia, y que habrá de contar con una mayoría dentro de las cámaras, votaron en contra en flagrante afectación a los derechos de las disidencias.
Sin un panorama claro y en pleno mes del orgullo, resulta necesario y urgente cuestionar al gobierno actual y al entrante sobre su postura de cuidado y atención hacia las personas de la disidencia, es una deuda histórica que el Estado mexicano tiene para con nosotres.
En los últimos 12 meses, se ha desatado en nuestro país, una ola de violencia hacia nuestras poblaciones, especialmente en contra de las personas trans y no binaries, tan solo en los primeros 15 días de 2024 se cometieron 8 transfeminicidios, además de un número importante de personas violentadas en otras proporciones y ámbitos; es evidente que la responsabilidad detrás de los crímenes de odio, e incluso de los discursos plagados de mensajes discriminatorios, es principalmente de las autoridades, quienes han sido omisas en realizar aquello que les corresponde para garantizar nuestra seguridad y disfrute pleno de derechos.
Tenemos que poner un freno a la impunidad de todas y cada una de las violencias que día con día vivimos desde múltiples intersecciones. Las personas de la comunidad LGBT+ necesitamos ejercer presión desde nuestras trincheras, como sociedad civil organizada, a través de colectivos y organizaciones no gubernamentales y, en general, a través de cualquier medio o conducto que permita que nuestras voces se escuchen, que nuestras necesidades sean conocidas, y por consecuencia, atendidas.
Haciendo alusión a una frase del movimiento disca[1], que las autoridades no decidan ni determinen nada de nosotras, sin nosotras, es decir que nuestras necesidades y requerimientos sean primero escuchados y después atendidos en la forma que mejor resulte a nuestros intereses.
[1] “Disca” es la contracción que se utiliza para referirse al movimiento de personas con discapacidad, desde un lugar de respeto y valoración.