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¿Educar en género? Experiencia de una pedagoga en un mundo patriarcal

Actualizado: 29 may 2024

Durante los últimos años he escuchado comentarios como “existe Google, investiga” y “no es mi labor enseñarte” como respuestas a la analfabetización en temas de género. Esto me llevó a cuestionarme cuál es la postura con la que yo como pedagoga me sentía cómoda para posicionarme: por un lado, entendía que es cansado educar en algo controversial, que presenta resistencias y en donde todas las personas hemos colaborado de manera directa e/o indirecta en seguir propiciando; por otro, cómo podría esperar el involucramiento de otras personas si yo como creyente y promotora de la educación a lo largo de la vida y de la capacidad de reaprender, no lo hacía. Así que acompáñenme a este breve recorrido de lo que sucede en la mente de una apasionada por la educación aportando desde su trinchera para que este mundo sea más justo para todas las personas sin importar su género.

            Para iniciar, me parece importante recuperar la existencia de dos tipos de motivaciones: la intrínseca, como aquella que surge directamente desde el interés de las personas; y la extrínseca, en donde los estímulos del exterior son los que juegan el papel principal de incentivos. Idealmente, todas las personas deberían de tener la motivación intrínseca de aprender sobre lo que los debates sociales comparten y buscar un cambio en pro del crecimiento como sociedad, en donde la libertad de ser quien seas no se vea condicionada por normas sociales que fueron desarrolladas en una época muy distinta a la actual; sin embargo, la realidad es más compleja, por lo que de vez en cuando se requiere que alguien más te dé un empujoncito para salir de la comodidad y tranquilidad de tu zona segura y brincar al vacío de la incertidumbre y los cambios que proponen los postulados de movimientos como los feministas y el queer. Es así como yo he decidido hacer mi labor y “tirar gente” por los barrancos de los feminismos.

            Una vez que pensé en la necesidad de una motivación extrínseca para comenzar a voltear estas temáticas, me pregunté cómo podría ser ésta, en la educación formal es muy fácil encontrarla, pero en la informal, si no son calificaciones y no hay premios ni castigos, ¿qué puedo hacer para que logre transmitir la importancia de la modificación de prácticas sociales? Esto me llevó a pensar en el rol que las emociones juegan en el proceso de enseñanza-aprendizaje y en el desarrollo de la motivación. Además, recuperé otro elemento que es esencial para las pedagogías subversivas (como las feministas): la contextualización y recuperación de experiencia.

Fue así como al mezclar la capacidad de aprender a lo largo de la vida, la motivación extrínseca, el aludir a las emociones y el uso del contexto y las experiencias, comencé en este viaje de reeducación. Siguiendo los principios de la construcción del aprendizaje que autorxs como Vigotsky plantean, decidí brindar espacios que sirvan como andamios que permitan a las personas sentirse en un suelo seguro ante una temática que puede llegar a ser percibida como intimidante y señalizadora de conductas. Para esto ha sido de mucha utilidad a compartir situaciones sencillas del día a día en las que los roles y normas de género se ven involucradas pero que suelen pasar desapercibidas al estar naturalizadas, pues descubrí que el sentir una identificación tan directa y con algo sencillo de entender, funciona como un gancho para comenzar el cuestionamiento y el diálogo; y contrario a lo que llegué a pensar cuando me replanteaba la postura que tomaría desde mi campo laboral, las personas (sobre todo mujeres) tienen muchas inconformidades en cuestiones de género que no suelen expresar por preocupación de ser señaladas; por lo que abrirles un espacio de diálogo, hace que se convierta en un entorno protegido en el que se pueden expresar.

            Además, estos espacios no suelen ser únicamente lugares de quejas e inconformidades, sino que el saber que alguien tiene acceso a cierta información, les invita a hacer las preguntas incómodas que suelen tener, a pedir información específica sobre un tema y/o a reconocer la labor que se está haciendo por parte de los movimientos feministas; pues si bien cualquiera podría investigarlo en internet, hacerlo requiere de tiempo, y fuerza emocional para enfrentarse a los señalamientos y cuestionamientos que puedan encontrarse, lo que genera bloqueos. Es decir, el brindarles ambiente de diálogo y cuestionamiento sin sentir que se les juzga (sean hombres o mujeres), tira muchas barreras que suelen edificarse cuando si quiera se menciona algo de género o feminismo.

Es importante señalizar que esto suele suceder mayormente con situaciones que hablen de un género binario, pues la idea de salir de éste suele mostrar muchísimas más resistencias; algo que considero que sucede al tratarse de temáticas completamente nuevas para las construcciones mentales con las que cuentan, sin embargo, soy fiel creyente que trabajándolo como un proceso de adquisición de nuevos aprendizajes, empezando con una visión más binaria que poco a poco les lleve a cuestionar el género como construcción social, puede facilitarles la comprensión de los otros géneros que han sido invisibilizados al no encajar con la normativa cisheterosexual.

            Para finalizar, quiero aclarar que este escrito no es una crítica para aquellas personas que han decidido posicionarse desde el no querer educar a quienes no tienen interés y/o conocimientos sobre el tema, pues es una tarea complicada y que puede llegar a ser desgastante, más si se considera que existirán personas que no cambien su punto de vista y que incluso se sientan atacadas; sin embargo, sí es un rayito de esperanza de que con paciencia, educación y diálogo es posible poco a poco mostrar la importancia de la modificación de lo que se entiende por género. Pues si bien es cierto que existe en quienes creemos en los planteamientos de los movimientos feministas y queer, una sensación de cansancio ante las desigualdades e injusticias, por lo que nos encantaría que todo cambiara lo más pronto posible, la realidad es que los cambios en las personas requieren tiempo, pues se les está diciendo que todo lo que creían estaba dañando a lxs demás y a sí mismxs, que han sido partícipes y que tienen que modificar todo lo que creyeron ser y que era la otredad.

 

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